El yogur es un alimento que muchos profesionales de la salud recetan como aliciente en una dieta blanda. Pero el inofensivo yogur tiene propiedades hasta ahora inimaginables y sus efectos terapéuticos van más allá.
No hace muchas décadas, el yogur se vendía en las farmacias y la explicación se resume en que este tipo de alimento era considerado como una auténtica medicina nociva para el organismo. Los entendidos en nutrición nos explican que el yogur es un alimento funcional porque proporciona muchos beneficios al ser humano. Lo más importante es que es un alimento energético que aglutina diferentes tipos de nutrientes. A demás proporciona una ventaja fisiológica adicional pues puede ayudar a prevenir ciertas enfermedades y mejorar el estado de la salud y del bienestar.
Concretamente las propiedades funcionales del yogur se derivan de alguno de sus componentes, como: bacterias probióticas, réptidos bioactivos, ácidos linoleico y esfingolípidos.
Así en definitiva, los efectos beneficiosos del yogur son infinitos. Este tipo de alimento mejora la tolerancia a ala lactosa y mantiene la microflora gastrointestinal y urogenital normal. A demás el yogur tiene múltiples efectos terapéuticos: es capaz de prevenir la osteoporosis; protege contra la diarrea del viajero, la infantil y de la inducida por la ingesta de diferentes antibióticos. Mejora por ello el estreñimiento. Es un eficiente amparo contra el cáncer de vejiga y colon. Previene la hipercolesterolemia y las infecciones urogenitales. Reduce los efectos colaterales de la encefalopatía hepática y ayuda en los casos de hipoclorhidria e hiperclorhidria
domingo, 12 de agosto de 2007
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